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Enfermedades

Herpes zóster oftálmico

Herpes zóster oftálmico

Definición

Esta enfermedad ocular vírica está causada por la reactivación del virus varicela-zóster, causante de la varicela. Cuando una persona se infecta, el virus permanece latente en el organismo, en la raíz nerviosa, pero a veces puede reactivarse, sobre todo como consecuencia de un debilitamiento de la inmunidad debido al envejecimiento. Cuando el virus se reactiva, se extiende a la piel, causando una afección conocida como herpes zóster. Si alcanza la frente o la nariz, no es raro que también se infecte el ojo: es entonces cuando se conoce como «herpes zóster oftálmico».

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Síntomas

Los primeros síntomas son dolor u hormigueo, que pueden aparecer en la frente. A continuación, la piel se cubre de pequeñas ampollas rojas que causan mucho dolor. Cuando se extiende a los ojos, el virus provoca una dolorosa infección, enrojecimiento, sensibilidad a la luz e hinchazón de los párpados. A veces, la córnea también se infecta e inflama, lo que puede hacerla insensible y muy vulnerable a todo tipo de daños. Meses o años después, la córnea puede resultar gravemente dañada. Por último, el herpes zóster oftálmico también puede ser responsable de la aparición de uveítis, una inflamación de las estructuras situadas detrás de la córnea, o glaucoma, debido al aumento de la presión en el ojo.

 

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza mediante un examen clínico efectuado por el médico. La presencia de un herpes zóster activo con síntomas como una erupción en la cara, primero vesicular y luego costrosa, o antecedentes de herpes zóster, son factores que ayudan al diagnóstico.
 

Prevención

La única forma de prevenir esta enfermedad es mediante la vacunación. Se recomienda vacunarse contra el herpes zóster a las personas mayores de 65 años (o mayores de 50 si se prevé un tratamiento inmunosupresor en un futuro próximo) que gocen de buena salud. La vacuna tiene una eficacia superior al 90%.

La presencia de un herpes zóster activo con síntomas como una erupción en la cara, primero vesicular y luego costrosa, o antecedentes de herpes zóster, son factores que ayudan al diagnóstico.

Tratamientos

El primer tratamiento para el herpes zóster oftálmico, como para el herpes zóster en cualquier otra parte del cuerpo, es la medicación. Un antivírico oral prescrito precozmente reduce la duración de la dolorosa erupción y el riesgo de complicaciones oculares. También pueden ser necesarios colirios de corticosteroides si el ojo se inflama gravemente. Por último, en los casos en que existe riesgo de desarrollar una forma grave de glaucoma, se prescriben colirios específicamente diseñados para mantener la pupila dilatada.
 

Frecuencia

En Suiza, más del 99% de la población ha estado en contacto con el virus varicela-zóster hasta los 40 años. Su prevalencia se sitúa en torno al 10%, y se multiplica por 5 en las personas mayores de 65 años.
 

Personas de riesgo

Sí, las personas inmunodeprimidas (enfermedades infecciosas, cánceres, trasplantes de órganos, estrés intenso, fatiga prolongada, etc.) que han estado infectadas por el virus de la varicela-zóster en el pasado corren un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad.
 

Referencias

contenido revisado y comprobado el 16.01.2025

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