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Enfermedades

Neuropatía óptica isquémica posterior (NOIA)

Neuropatía óptica isquémica posterior (NOIA)

Otros términos

  • Infarto del nervio óptico
     

Definición

El nervio óptico nace en la cuenca del ojo y transporta las señales visuales al cerebro a través de millones de fibras neuronales. Cuando se ve afectado, hablamos de neuropatías ópticas, que son todas las enfermedades que afectan al nervio óptico. La más frecuente es el glaucoma. Otras neuropatías ópticas son la neuritis óptica, que es una inflamación del nervio óptico, y las neuropatías ópticas isquémicas, que son enfermedades que interrumpen el flujo sanguíneo al nervio óptico, causando daños que a menudo son irreversibles.

Se distingue entre neuropatía óptica isquémica anterior, en la que el disco óptico (la cabeza del nervio óptico) está afectado, y neuropatía óptica isquémica posterior, en la que el disco óptico es normal. En la NOIA, se produce una pérdida repentina de visión debido a la interrupción o reducción del flujo sanguíneo al disco óptico. Hay que distinguir entre la NOIA arterítica, causada por la inflamación de las arterias y que suele afectar a personas mayores de 70 años, y la NOIA no arterítica, que no es inflamatoria. La forma no arterítica es la más frecuente y representa alrededor del 95% de los NOIA. Suele afectar a personas mayores de 50 años, y su prevalencia se estima entre 2 y 10 por 100.000.

La mayoría de las neuropatías ópticas isquémicas son unilaterales. La afectación bilateral, cuando se produce, es mucho más frecuente en los pacientes arteriales que en los no arteriales.

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Causas

No se ha encontrado ninguna patología como causa aparente de la forma no arterial. Sin embargo, la aterosclerosis (endurecimiento de la superficie interna de las arterias tras la formación de depósitos en su pared interna) es la causa más frecuente, y los factores que contribuyen a su desarrollo (diabetes, tabaquismo o hipertensión arterial) se encuentran en algunos enfermos y se consideran factores de riesgo. Lo mismo ocurre con la apnea obstructiva del sueño y los trastornos de hipercoagulabilidad. Por último, la pérdida de visión al despertar lleva a los especialistas a sugerir la hipotensión nocturna como posible causa de la forma no arterítica.

En las formas arteriales, se sabe que la arteritis de células gigantes (o enfermedad de Horton) es una de las principales causas.
 

Síntomas

En ambas variantes de infarto del nervio óptico, el único síntoma es una pérdida de visión repentina, aguda e indolora, cuyo alcance y localización dependen de la lesión del nervio óptico. También puede producirse al despertar. La pérdida de visión no suele ser tan grave en las formas no arteríticas.

En la neuropatía óptica isquémica arterial debida a arteritis de células gigantes, suelen presentarse síntomas como malestar general, dolor muscular, dolor de cabeza y dolor en la mandíbula o al peinarse. 
 

Diagnóstico

El diagnóstico del infarto del nervio óptico se basa principalmente en el examen clínico. El oftalmólogo busca signos de isquemia (obstrucción del flujo sanguíneo por un coágulo que provoca la falta de oxígeno en los tejidos) en el ojo examinando la parte posterior del ojo para observar la retina, el disco óptico y los vasos sanguíneos. También puede realizarse una prueba de agudeza visual y de campo visual, una medición de la presión intraocular y un análisis de sangre para comprobar si hay inflamación. Por último, pueden sugerirse algunas pruebas adicionales en función de los factores de riesgo sospechados (por ejemplo, diabetes, hipertensión o apnea del sueño).

El único síntoma es una pérdida de visión repentina, aguda e indolora, cuya extensión y localización dependen de la lesión del nervio óptico.

Tratamientos

En general, no existe ningún tratamiento para recuperar la visión perdida como consecuencia de un NOIA. Sólo se pueden ofrecer ayudas visuales, como gafas de aumento.

En el caso de la NOIA arterial, el tratamiento oral con corticosteroides no restablecerá la visión, pero ayudará a prevenir una recaída y a proteger el otro ojo. Es importante iniciar este tratamiento lo antes posible. Los corticosteroides se administran en dosis altas durante dos o tres semanas, tras lo cual la dosis se reduce gradualmente. Sin embargo, puede ser necesario un tratamiento de por vida. En el caso de la NOIA no arterítica, la situación es ligeramente diferente, ya que no existe un tratamiento eficaz. La estrategia terapéutica se basa en el tratamiento de las causas subyacentes (diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, etc.).

La NOIA arterítica suele causar una mayor pérdida de visión que la NOIA no arterítica, en la que la recuperación visual se produce espontáneamente en el 40-50% de los casos.
 

Prevención

No existen medios reales de prevención, pero a veces algunos signos de alerta pueden preceder a la NOIA, por lo que es importante estar atento a ellos. Es el caso, por ejemplo, del oscurecimiento transitorio de la visión, que puede durar de unos segundos a unos minutos, y que requiere una consulta oftalmológica sin demora para evitar una pérdida visual excesiva.
 

Referencias

Contenido revisado y comprobado el 15.01.2025

Summary

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